wikileaks y el escándalo del geo-branding.
Madrid, 22 de Octubre de 2013.
Luego de casi un año sin noticias demasiado relevantes -sin contar la propia desaparición de Julian Assange-, WikiLeaks vuelve a dar que hablar.
Mientras continúan aún los ecos de la muerte del fundador del portal, acaecida en Febrero de este año luego de un accidente confuso y cargado de suspicacias en las costas de Escocia, WikiLeaks destapó el que posiblemente sea el mayor escándalo en la historia del branding.
Aparentemente, esta disciplina que se ha encargado siempre de llenar de valor a la marca, es tan susceptible como cualquier otra, de carecer en sí misma de valores que pongan límites a su actividad.
Si sumamos esto a la megalomanía voraz de muchas compañías, el resultado es la máxima que dice: “ningún soporte es lo suficientemente grande para dar marco a mi marca”. Y la articulación concreta de este pensamiento es lo que ha dado en llamarse “geo-branding”.
El término tuvo sus primeras -y escasas- apariciones en pleno auge de las plataformas geográficas y de mapas, que en sus fotografías satelitales mostraban cómo algunas compañías pintaban sus marcas gráficas sobre los techos de grandes naves o cubriendo las superficies de dilatados parkings, especulando con la posibilidad -carente de impacto real- de salir retratadas por el satélite de turno.
Parece ser que el clásico y monotemático pedido de “pon el logo más grande” es imposible de saciar, por lo que los diseñadores han decidido llevar la idea del geo-branding un poco bastante más allá.
Con motivo de las primeras olimpíadas panafricanas, la marca de productos deportivos Nike, con la anuencia del gobierno de la República de Kenia, anfitriona del evento, creó un lago artificial de 875 kilómetros cuadrados con la forma de su conocido logo perfectamente delineado, en la región oriental del territorio, a pocos kilómetros del mar.
Desde el inicio de las obras, tanto la compañía como el gobierno keniata se han esforzado en dejar claro que el impacto medioambiental de dicho lago (el “Lago Nike”) es especialmente beneficioso para toda la zona, particularmente pobre en agua.
Otro caso paradigmático de geo-branding lo constituye el redibujo del borde de la isla de Kaua’i en el archipiélago de Hawaii con el objeto de representar la cabeza de Mickey Mouse.
La obra faraónica -realizada en la isla donde se construirá el mayor parque de diversiones del mundo- incluyó el recorte de salientes y pequeños cabos, como así también el relleno de terrenos ganados al mar (en especial para conformar las orejas circulares del personaje).
Como en el caso anterior, tanto la compañía propietaria del famoso ratón como las autoridades locales, aseguran que el impacto en el medio ambiente de esta obra es nulo.
Otros buenos ejemplos lo marcan el delineado de un pequeño glaciar patagónico con el logo de Evian, y la -por ahora cancelada- modificación de la bahía Shark en Australia occidental con el fin de transformarla en el logo de Playboy.
Lo que WikiLeaks comenzó a divulgar a partir de mediados de Septiembre, es toda la trama de corrupción y hacking social detrás de la megalomanía del geo-branding.
La única compañía que gestiona a nivel mundial estos emprendimientos es BigName Consulting, una empresa anglo-alemana que desde hace pocos meses comenzó a sufrir filtraciones de emails privados, que permiten comprobar de qué forma se gestiona la creación de un lago, el recorte de una isla o la modificación de una península con fines de marketing.
En el caso del lago en Kenia, BigName Consulting no sólo pagó sobornos a las autoridades locales (las cuales obligaron el desplazamiento de poblaciones existentes en la región), sino que desplegó una guardia entre privada y gubernamental, que cuida que los habitantes locales no saquen agua del logo; perdón, del lago.
Uno de los emails filtrados justifica esta prohibición a los efectos de “no permitir que se desdibuje y degrade su forma”.
Con respecto al redibujo del contorno de la isla de Kaua’i, una serie de mensajes privados entre la compañía gestora y la policía local, da cuenta de la creación de una falsa causa judicial en contra del indígena Kai Lanau, creador de un grupo ecologista que advertía del impacto negativo de la creación de las orejas de Mickey, sobre unos arrecifes de coral cercanos.
Y como si todo esto fuera poco, se han dado a conocer también los contactos entre BigName y una pequeña empresa de seguridad informática de origen indio, dedicada al diseño de virus y troyanos.
BreakBit, tal el nombre de esta empresa, diseñó para BigName Consulting hace exactamente un año y medio, un troyano que fue inoculado en los servidores de Facebook con el fin de modificar los algoritmos del EdgeRank.
Recordemos que el EdgeRank es el sistema con el que Facebook decide qué mostrar en el timeline de cada usuario, por lo que si se logra su manipulación, ya pueden miles de personas escribir lo que quieran, que su impacto será cercano a cero en la medida en que los comentarios que contengan contenidos no convenientes, no lleguen a leerse por los demás.
Aún no se ha emitido comunicado alguno desde Facebook ni desde ninguna de las compañías involucradas, pero no es demasiado audaz vaticinar el declive del geo-branding como acción de marketing en el futuro…
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