Los influenciadores

los influenciadores, por ernesto alegre

Qué son (porque “quiénes son”, es más difícil de responder).

Este no es un tema nuevo, de hecho es ya bastante viejo, pero a pesar de serlo se siguen multiplicando y distribuyendo muchas falsedades y errores en torno de este asunto.

Por definición, un influenciador -tal como se le llama a alguien influyente en entornos sociales- es alguien capaz de, haciendo o diciendo él mismo algo, produce una reacción que vaya en ese mismo sentido en otras personas; los “influenciables”.

Está claro que siempre ha existido gente que influye en el comportamiento u opinión de otra gente, y en los social media, esto sigue sucediendo. La falsedad, el error, es considerar que puede valorarse o identificarse la influencia de alguien en términos cuantitativos.

Cuando alguien les diga: “Carlos tiene 1000 followers en Twitter y Sonia 350. Esto hace que Carlos sea más influyente”, ustedes, sin temor a equivocarse ni bajo el riesgo de sonrojarse, respóndanle: “¡Bullshit!”.

 

Por qué nace.

Básicamente, toda la mitología de los influenciadores, se crea por un error y por un deseo.

El error:

Hace ya muchos años, Malcom Gladwell, en su libro The Tipping Point introdujo la idea de que había personas que ejercían mayor influencia que otras -hablando de medios sociales-, y relacionaba la existencia de estos “influencers” con la distribución viral de contenidos (llamándola “la epidemia social”). Lo que Gladwell decía era que gracias a estos personajes, con sólo llegar a unos pocos de ellos con un mensaje, el mismo sería distribuido de forma multitudinaria.

Tiempo después, vino un sociólogo computacional llamado Duncan Watts (quien ratificó la dinámica de los grados de separación en entornos digitales), y se propuso demostrar con un experimento serio la premisa de Gladwell.

La sorpresa -o casi, en realidad- fue que no pudo: un mismo mensaje en similares circunstancias fue distribuido desde influenciadores y desde gente “común” (esos pobres tipos que tienen entre 150 y 200 contactos) para ver a cuántos usuarios terminaba impactando.

El resultado fue prácticamente el mismo. Los influenciadores no influenciaban…

El deseo:

Para todos aquellos que vienen de las dinámicas masivas de comunicación, la posibilidad de que existan influenciadores, es buenísimo; pueden seguir haciendo lo mismo que venían haciendo en mass media, pero ahora en social media.

Si antes tenían que localizar a una “celebrity”, ahora tienen que localizar a un “influencer”; esa maravillosa y brillante persona dice algo, todos lo imitan y pasamos a generar un ppt con el nuevo caso de éxito.

Pero tuvo que venir el Duncan Watts este a sumirnos en la decepción… O no.

 

Cómo entender los influenciadores.

Ante todo, es cierto que hay tipos que ejercen influencia sobre otros, antes, ahora y probablemente en el futuro.

El punto es cómo entender, cómo comprobar su influencia real, y eso no se efectúa de forma automática, no depende de valores cuantitativos.

El usuario que ejerce influencia, lo hace por el tipo de vínculo específico que desarrolló con quienes son influenciables por él, en un grafo social determinado, y para cierto universo temático. Fuera de estas consideraciones, el influenciador es tan influyente como cualquier mortal.

Es decir que la influencia es un valor cualitativo, independiente de la cantidad de seguidores que tenga, independiente del tamaño de mi grafo social.

Como vemos, aquí tampoco el tamaño cuenta…

 

(Artículo escrito para la revista Interactiva de Mayo de 2014)

 

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