la ingeniería relacional
Qué es.
Algunas entregas atrás, hablábamos de la arquitectura relacional.
Señalábamos que el diseño de entornos sociales muy complejos (una red horizontal, por ejemplo), demandaban un perfil a la altura de esas exigencias.
La complejidad de estos entornos debe comprenderse alrededor de los ejes de diversidad -los usuarios que habitan los entornos sociales, aún siendo estos últimos muy específicos o de nicho, son diversos-, de simultaneidad -casi todo sucede al mismo tiempo- y de mutabilidad de todos los parámetros -cualquier cosa que señalemos en un entorno social, como contenido, identidad, formas de vinculación o cualquier otro, seguramente vienen de ser de otra forma y van hacia una nueva configuración-.
Quien diseñe un entorno contemplando estos tres ejes -diversidad, simultaneidad y mutabilidad-, debe saber más y otras cosas de las que conoce el community manager.
Bien, si el arquitecto social es quien se ocupa de las formas y sus equilibrios, entonces necesitará a alguien que se centre en el funcionamiento de ese diseño. Aquí entra el ingeniero social.
La ingeniería social es la disciplina que se ocupa de hacer funcionar, con la aplicación de dinámicas y procesos concretos, el espíritu o manifiesto de un determinado diseño.
Por qué nace.
Esencialmente nace como producto de la creciente madurez de los social media.
Hace muchos años estos medios atravesaron una etapa incipiente, donde era aún aceptable emitir conceptos abstractos, que por la inmadurez de las disciplinas involucradas y el desconocimiento generalizado, no precisaban “bajarse a la tierra”.
Era la época de los gurús y sus acólitos -superada completamente por la seriedad y el conocimiento-, quienes podían propalar cosas del estilo “la marca debe dialogar” o hablar de la complejidad de los paradigmas sociales de comunicación con el reductivísimo “dos punto cero”.
En el presente no alcanza con señalar con el dedo por enésima vez el camino general a tomar; hay que definir y especificar con precisión cada recta y cada curva del mismo.
El arquitecto será quien dibuje detalladamente ese mapa; el ingeniero será quien escoja el vehículo indicado para recorrerlo en cada tramo.
Cómo entender la ingeniería relacional.
Con un ejemplo veremos exactamente en qué consiste la ingeniería relacional.
Imaginemos que queremos generar una comunidad de práctica, un foro, sobre algún tema específico.
El arquitecto relacional es quien primero toma el proyecto y quien define, por ejemplo, el sistema de identidad dentro de ese entorno.
Este sistema es el que se ocupa de permitirle al usuario generar su identidad y luego gestionarla.
El arquitecto sabe que en estos ámbitos, es muy usual la verticalización de la influencia, es decir que después de un tiempo de permanencia, los usuarios respetan más a quienes más saben y comparten su conocimiento en beneficio de todos.
Entiende que un sistema de reputación, una forma de que los usuarios puedan ostentar su status y saber quién es el otro en términos de mérito, es muy importante para la construcción de esa autoridad social.
Entonces la arquitectura definirá la dinámica de generación y gestión de identidad y señalará la importancia de un sistema de reputación, pero será la ingeniería quien diga cómo exactamente se lleva a cabo la ganancia de autoridad, bajo qué parámetros y qué conviene exponer de la construcción identitaria a estos efectos.
Por ejemplificar, si el arquitecto dice: “en este foro, por tratarse de un deporte extremo y no de un saber teórico puro, el factor experiencial es vital para la ganancia de reputación favorable”, el ingeniero dirá “debemos entregar una herramienta en donde el usuario acumule y exponga momentos de experiencia concreta -dónde y cuándo practicó caídas libres-, y crearemos dos parámetros: dificultad e intensidad, que no se medirán por la opinión de cada usuario, sino por consenso social”.
La arquitectura es el QUÉ, la ingeniería el CÓMO.
(artículo publicado en la revista Interactiva)
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