creatividad e imaginación

Es habitual confundir creatividad con imaginación, términos muchas veces considerados sinónimos.

La creatividad es el acto de conectar de forma alternativa cosas ya inventadas, cosas existentes en el momento del acto creativo.

La imaginación, a diferencia de la primera, lo que hace es inventar cosas que no existen y que más tarde podrán ser utilizadas o no como elementos por la creatividad.

Para expresarlo más sintéticamente: la imaginación inventa cosas; la creatividad las conecta de forma sorprendente.

Cada vez que pienso en esto me gusta poner dos ejemplos que, creo, aclaran más la situación.

 

Tangram.

Existe un juego muy antiguo y popular de origen chino llamado Tangram, formado por 7 piezas planas (5 triángulos, un cuandrado y un paralelogramo) surgidas de la subdivisión de un cuadrado.

El objetivo del juego es el de ejercitar la creatividad, en este caso, al servicio de conformar figuras sin solapar las piezas; sólo colocándolas y relacionándolas de forma táctica.

Todo lo que hagamos con el Tangram -en la medida en que no estemos imitando configuraciones previas- será un ejercicio creativo; recordemos: la creatividad es el acto de conectar de forma alternativa cosas ya inventadas.

La imaginación tuvo lugar en el Tangram sólo en el momento de su creación: el juego fue inventado en un momento determinado gracias a la imaginación; antes, simplemente no existía.

 

Constelaciones.

Las constelaciones son otro ejemplo que me gusta para dar a entender la diferencia entre creatividad e imaginación, sobretodo por su autología a la hora de presentar la acción conectora.

Las estrellas -hablando sin responsabilidad astronómica- están donde están desde hace un rato largo, sin embargo en un momento a alguien se le ocurrió conectarlas con líneas y formar figuras.

Estas conexiones son las constelaciones.

De nuevo, el único acto imaginativo en torno de esta operatoria, estuvo en la idea de que esos puntos podían ser conectados; es decir, la imaginación la aportó aquel que por primera vez pensó que podía ordenar y hallar significado en el azar de las estrellas. Todo lo que vino después, la creación de todas las constelaciones con sus nombres y significaciones, fue un acto creativo.

 

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