El adefesio decorado

Ernesto Alegre - el adefesio decorado

Me parece una muy buena práctica pensar las ideas que nos llegan más allá de su realización o de su producto sensible.
Cuando hago esto, descubro que hay muchísimas ideas horribles bellamente producidas, y esto me resulta en cierto sentido peligroso.
El peligro reside en cómo pueden sobrevivir las malas ideas y lograr sembrar su semilla, solo porque han sido ejecutadas con destreza.Imaginemos un spot publicitario de un producto para la higiene femenina, genialmente realizado (según lo que se considera en el sector realizar algo con genialidad).


Imaginemos que trata el tema con sensibilidad y no de forma grosera, que encuentra el equilibrio considerado justo entre ser demasiado metafórico y ser vulgar.
Imaginemos que la producción audiovisual es impecable y que además termina funcionando en términos de marketing: efectivamente ese producto incrementa por ejemplo sus ventas.
Independientemente de todo esto, ¿no es una idea espantosa la de fomentar y explotar la inseguridad de un género de forma sexista?
¿No es horroroso seguir fabricando productos para la “higiene femenina” y ni uno para la “higiene masculina”?
¿Es solo la mujer quien tiene -perdón por la expresión- olores vinculados a sus genitales o es que aún se oprime a la mujer para que “sea presentable” y deba adquirir productos y trabajar sobre ella para llegar a serlo?
La sola idea en la que se basa todo ese mundo de la comunicación de la higiene femenina, es horrible, es una mala idea, por más que se realice comunicacionalmente de manera excelente.

Por supuesto no es el único caso que puede encontrarse de malísimas ideas muy bien resueltas, y es que el problema de base es que nuestra percepción y nuestro juicio instantáneo asociado a ella, les ganan a las segundas instancias del pensamiento, las que demandan un poco más de esfuerzo.
Está claro que esto no es en absoluto nuevo: podríamos remontarnos al nacimiento de la retórica en Grecia, hace al menos 2500 años, por tomar una referencia estandarizada, aunque realmente creo que el espíritu de decorar a un adefesio, tiene tanta antigüedad como la humanidad misma, o incluso mayor…

Post a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *