La queja
Hace un rato, intentando recuperar un tweet que había leído ayer (que viene a ser una tarea tan improbable como recuperar el vaso de agua que volcaste hace 24 horas al río), pasé por cientos de tweets escritos por muchas personas, sobre muchos temas, desde lugares muy diversos.
Y lo que me llamó la atención, favorablemente como voy a explicar ahora, es la cantidad de quejas sobre lo que sea, que se vuelcan permanentemente al diálogo social.
Personas quejándose a y de compañías, quejas hacia productos y servicios, quejas sobre costumbres sociales o personas, quejas dirigidas a políticas y/o políticos; quejas de todos los colores, formas, con mejor o peor ortografía, gusto o agudeza.
¿Y por qué esto es bueno?
Pues porque a través de la queja -el disconfort empuja hacia la comunicación más que la experiencia agradable-, toma forma concreta y se solidifica la comunidad. Por supuesto que lo mismo sucede cuando el grupo se une a favor de algo, pero como señalara antes, si un camarero me trae un café con leche al haberle pedido un café con leche, es raro que le diga “muy bien, ha hecho usted lo correcto”. Sin embargo si al pedirle un café con leche me trajera una cerveza, seguramente me dirigiría a él señalándole el error.
La queja, entendida como una acción firme tendiente a corregir algo que consideramos fallido, al ser común, fácil, al darse con profusión, se transforma en una manera más presente de acción. Por eso incide tanto en esto de hacer que lo indeterminado o hasta abstracto, como “el pueblo” o “la gente”, se constituya y estructure en algo mucho más concreto, presente y además con poder de modificar la realidad: “la comunidad mediada”, “la comunidad identitaria”.
Y lo que potencia aún más este efecto de cristalización de algo sin real integridad, es que la queja es, guste o no a quienes tienen que hacerlo, escuchada. Las más de las veces con miedo, algunas con respeto y muy pocas con la actitud de aprender de ella, pero es escuchada.
Hace un tiempo escribía sobre cómo la detracción mejora a las marcas; esta observación que hago ahora, podría llamarse: “cómo la detracción conforma comunidades”…
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