vacaciones

Nadie puede soportar tener 5 trabajos tan demandantes como los míos, ocupando 20 horas de mi tiempo, permitiéndome soñar con algo de ocio -o soñar que duermo y descanso- sólo 3 horas y dejar esos escasos 60 minutos restantes para escribir todo lo que sueño.

De llevarle la agenda al Dr. Lucious en su consultorio del Tibet, parto raudo hacia la vigilancia de montañas para un organismo mahometano, de allí voy a ocupar mi lugar en el confesionario de Facebook, cuando termino con eso, vuelo hacia la agencia de marketing de Lester&Fester a diseñar nuevas religiones por encargo, y una vez que cumplo mis 4 horas en la agencia, salgo para cubrir el puesto de apólogo de la maldad.

Por todo esto, sentí que necesitaba vacaciones, por lo que anoche, soné que me iba unos días con Moses.

También invitaba a mi hermana Agatha, pero ella tuvo la desgraciada idea de venir con su hermana siamesa -que no es MI hermana- Deborah.

Agatha -como si no la conociera- me dijo lo que me dice siempre: “No pude evitar venir con ella”, pero como sé que si la obligo a que la despida, se irá finalmente con Deborah, acepté que viniera con nosotros.

“Sólo te pongo una condición”, le dije; “Mantengamos a Deborah siempre despierta, así no estará con nosotros, estará como ausente”.

Tras la aceptación de todos -y el OK tácito de Deborah-, nos dispusimos a comenzar nuestras vacaciones.

Caminamos 10 días en línea recta hasta llegar a un campo de un amigo de Moses y mío, Sir Alec, quien nos recibió con una sonrisa -grande- y 33 preguntas. Sin esperar demasiado, disparó la primera: “Suponga Sleeping que un hombre -puede ser también una mujer o un niño- fallece mientras sueña; ¿Se interrumpe su sueño por causa de la muerte o continúa un poco más, siendo el cadáver sordo e incapaz de despertar?”

Sin dejarme siquiera pensar un poco, comenzó a señalar las existencias de su propiedad. Repartidos por el campo, -miles de hectáreas, no lo sé con certeza- tenía Sir Alec pedazos de 21 ciudades del mundo.

“¡De París conseguí traerme una manzana entera!, de Turín apenas una calle. Ahora de Dubrovnik tengo 2 ó 3 esquinas nomás…”

 

Post a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *