El gigante cosquilloso o ¿es posible cambiar una cultura?
Los problemas que podemos tipificar como culturales, son situaciones de muy difícil solución debido a que toda cultura es un sistema, y los problemas sistémicos son mucho más complejos que los problemas tópicos.
Un sistema no es un conjunto de elementos discretos, sino éstos más todas sus interacciones.
La esencia o identidad de los sistemas la hallaremos antes en ese conjunto de dinámicas que en las partes componentes.
Si todo sistema, por más aparentemente simple que parezca tiene un cierto grado de complejidad, la cultura, que puede ser señalada como EL sistema o la madre de todos los sistemas, posee una complejidad suprema.
Una forma de diseccionar una cultura -sabiendo de antemano que para diseccionar uno primero mata aquello que disecciona-, es intentando identificar sus ficciones.
Una manera de interpretar una cultura, es pensándola como un tejido de ficciones, de creencias, de construcciones simbólicas, de codificaciones.
Toda cultura tiene ficciones que -dependiendo del contexto- son operativas a sus miembros, y otras que resultan en todo o en parte disfuncionales.
Estas últimas, son los problemas culturales.
Modificar una ficción cultural es complejo porque:
- La cultura no es un objeto visible y tratable, sino el aire simbólico y narcótico en los intersticios de un grupo
- Sus creaciones son intersubjetivas, por lo que dependen de multitud de miembros subjetivos
- Siempre es complejísimo consensuar los límites de cada ficción (no se trata de piezas discretas sino de tejidos simbólicos integrados orgánicamente a otros tejidos: en la práctica, cuando tocamos una ficción, otras también sienten el toque)
Modificar una ficción cultural es posible porque:
- La cultura necesita de una permanente generación por parte de sus miembros para no desaparecer (de manera que si modifico elementos de su generación terminaré modificando la ficción final)
- Es parte de un deseo inherente a la persona la modificación, la búsqueda de novedad, la necesidad y el “reflejo creativo” como factor de cambio
- Las ficciones son entes contextuales, y como todo lo que es contextual, es sensible al contexto mismo. Esto significa que al cambiar el contexto, se puede dar una condición de fragilidad para que una ficción pueda en consecuencia trastocarse también.
Cambiar una ficción cultural, representa posiblemente el mayor desafío interdisciplinario en el campo de las humanidades, demanda estrategias largas en el tiempo y muy grandes en escala, siempre pensando más sistémica y sintética que tópica y analíticamente.
En síntesis, la cultura es una inmensa bestia de mil patas, de marcha lenta y arrítmica, pero marchando hacia alguna dirección que podría ser otra. Es el gigante más grande, pero un gigante cosquilloso…
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