el experto, el gurú y todos nosotros

Les cuento cómo veo la cosa: Ustedes tienen muy poco tiempo para perder -y aprovecho para agradecerles el que hayan elegido dedicarle parte de él a este artículo- y yo muy poco tiempo para darle a cada cosa, de manera que iré al grano lo más rápidamente posible.

Hay sobre una mesa un huevo, y sentados a esa misma mesa, un gurú, un experto y un tipo como cualquiera de nosotros.

Mirando el huevo, el gurú imaginará -y nos lo contará, ya que no puede evitar contarle a todos sus visiones- el ave que nacerá de él. Asimismo ahondará en las últimas consecuencias ecológicas que ese ave podría provocar, al comer unos granos aquí y deponer bastante más allá.

A su vez, el experto hablará -lo más académicamente posible, claro, ya que es un experto- de los patrones de vuelo de ese ave, de las migraciones que reunirá a decenas de miles como ella, de los tiempos de desarrollo aún dentro del huevo y de los posibles riesgos que correrá el pichón y que tal vez impidan que llegue a adulto.

Mientras tanto, de escuchar -aunque con interés y hasta fascinación- al gurú y al experto, al hombre común, al hombre como cualquiera de nosotros, le entró hambre, tomó el huevo y se dispuso a cocinarlo.

En el momento de romperlo comprobó que el mismo no estaba siquiera fecundado, por lo que una vez frito, lo comió y se marchó.

Esta historia se repite todos los santos días, y no una sola vez cada 24 hs. sino varias, sobretodo en lo que respecta a los social media.

Esa sensación de estar escuchando y leyendo conclusiones, especulaciones, teorías y proyecciones pobremente fundadas, hace que a veces se abarate la práctica misma de estudiar a los medios sociales.

Esto es así porque sin un mínimo de perspectiva histórica, es anémico y superficial lo que pueda decirse del futuro (y hasta del sentido general del presente)…

Un gurú es una persona extraordinaria. Le creamos o no, confiemos en él o no, es extraordinaria (me refiero a que por tribu puede haber 1 gurú, nunca más gurús que gente corriente).

En lo referente a los aún emergentes medios sociales, la cantidad de gurús es pasmosa; la mayoría vaticinando cosas cuya facilidad es mayor a la involucrada en el hecho de meterle un gol al arco iris, asegurando otras que revelan su obsolescencia en pocas semanas o simplemente señalando en una dirección mientras el resto, los que se terminan comiendo el huevo, va hacia otro sitio diferente.

Me resulta de una ignorancia supina considerar que se puede ser experto de algo que acaba de nacer o aparecer: ¿Se imaginan acaso a un experto en elefantes que sólo pudo en su vida ver a uno de ellos a través del ojo de una cerradura a corta distancia, de manera que sólo apreció, digamos, unos 15 cm. cuadrados de su piel? Viendo apenas una porción de una de las orejas, ¿Se puede confirmar su estructura total?

No se puede ser experto en una revolución mientras se la vive; si queremos hablar de ella, tendremos que conformarnos, apenas, con ser cronistas…

Por todo esto, personalmente y en lo que atañe a los medios sociales, paso de las opiniones de gurús y de expertos; me quedo con lo que hacen los que se comen el huevo.

 

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