incomprensible e interpretable

La realidad no nos es ajena en la medida en que la tomemos con la completud y unidad de nuestro ser.

Ahora cuando queremos sólo pensarla, ahí sí, nos es ajena, o lo que es lo mismo, incomprensible.

Tendemos a considerar a todo aquello que no somos nosotros mismos como a “otra cosa”, y nuestra “aproximación” a lo otro la realizamos con el pensamiento (me acerco a algo cuando lo pienso).

Al ser la realidad por un lado incomprensible -impensable- y por el otro al ser su comprensión de importancia vital, necesitamos de la interpretación de la misma.

Cuando algo no es comprensible, lo interpretamos. Esto nos sucede cuando un texto está en un idioma desconocido por nosotros o cuando estamos en un sitio que ignoramos; tanto la traducción de ese texto como el mapa de ese sitio, son interpretaciones necesarias para hacernos de esos objetos impensables.

Vuelvo al título de este pequeño artículo: todo lo incomprensible es interpretable, lo que no debemos perder jamás de vista es que cuando se da ese caso, lo que terminamos poseyendo es el modelo de la cosa y no la cosa misma…

 

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