la teoría de los 3 espacios
No, no tiene nada que ver con Stephen Hawking, aunque aparentemente genera en el cliente poco involucrado en los medios sociales un efecto positivo de sorpresa como cuando escuchamos que se puede viajar en el tiempo o cosas así.
Personalmente amo esta teoría porque explica de una forma extremadamente sencilla dos cosas: porqué los medios sociales en general y las redes sociales en particular fueron generados básicamente por gente muy joven y porqué quienes los habitan reaccionan como reaccionan ante la publicidad.
Esta es la historia…
Como adultos, nosotros experimentamos en nuestra vida social tres tipos de espacio: el espacio público, el espacio controlado y el espacio privado.
El espacio público es aquel en donde las reglas de comportamiento son consensuadas socialmente; el cine, la calle, un bar, son espacios públicos.
El espacio controlado es aquel cuyas reglas de comportamiento están dictadas por alguien jerárquicamente superior al resto; nuestro trabajo es un buen ejemplo de este tipo de espacio.
Y por último el espacio privado es aquel en donde las reglas las marcamos nosotros mismos; por ejemplo, nuestra propia casa.
¿Qué ocurre con la gente muy joven? ¿Experimentan los espacios sociales de la misma forma que los adultos?
En el espacio público, un joven -muchas veces menor de edad- nota que si algo sucede, entre él y un adulto, quien marca el comportamiento correcto es el adulto. Esto hace que el espacio público sea para él un tipo de espacio controlado.
En el colegio o la universidad, él se encuentra con toda una jerarquía muy presente que determina la forma de comportarse en ese espacio: es el equivalente a nuestro espacio de trabajo, es un espacio controlado.
En su propia casa, el joven que convive con sus padres, debe someterse a las reglas impuestas por éstos, por lo que lo que para un adulto es un espacio privado, para el joven vuelve a ser un espacio controlado; muchas veces sólo dispone de su propio cuarto como espacio privado muy reducido.
Vemos que en la vida social el joven pierde dos tipos de espacio fundamentales que los adultos disfrutan: los espacios público y privado.
Y aquí es donde intervienen los medios sociales: abriendo a los jóvenes una plataforma donde reconstruir sus espacios perdidos.
Las redes sociales como Facebook, Bebo o Myspace, las plataformas de MMOSG’s y las de microblogging son la recuperación del espacio público (con sus diferentes escalas y modelos de privacidad), mientras que los instant messengers y las extensiones de chat representan sus espacios privados.
En estos nuevos espacios recuperados es en donde se genera una especie de celo especial hacia todo aquello que pueda hacer peligrar su existencia de puro intercambio social, por ejemplo, la publicidad.
Aquí tenemos la clave de la nueva función que socialmente se le ha atribuido a la publicidad: jamás interrumpir el flujo de diálogo, siempre potenciarlo.
La irrupción de publicidad pensada para medios masivos en medios sociales genera rechazo instantáneo, mientras que la publicidad que potencia y diversifica el diálogo es recibida excepcionalmente bien.
Al fin de cuentas es sólo una cuestión de sentido común: cuando entres en un espacio con sus propias reglas, escojas respetarlas o romperlas, asegúrate siempre de conocerlas.
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