el modelo de las abuelas

el modelo de las abuelas, por ernesto alegre

Ayer se confirmó la recuperación del nieto número 114, el hijo de los detenidos desaparecidos Laura Carlotto y Walmir Oscar Montoya.

La noticia de un nieto recuperado siempre es “un motivo real para brindar” (como decía una vieja publicidad televisiva argentina de sidra), y en este caso ha cobrado aún más relevancia, por tratarse del nieto de la propia presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, la señora Estela de Carlotto.

Cada recuperación es un triunfo múltiple: es la victoria de una verdad sobre su ocultamiento, la victoria de la búsqueda de identidad, la victoria de un encuentro esencial que llega a parecer improbable, y la victoria de la moderación implacable.

La moderación y la corrección implacables.

Este es el modelo de las Abuelas, un modelo sin altisonancias, estridencias ni “medialidades”, un modelo que hace pie en unos pocos elementos irreductibles, permanentes, diría que eternos.

Ellas no ganan, no tienen un éxito tinelliano o susanesco*: ellas son capaces de vivir una interminable sucesión de días, meses y años de “no-noticias”, de “no-resultados”, caminando en la misma dirección.

Todo parece indicarles que “ya fue”, que “quién sabe dónde está, si está”, que “si no apareció ya…”

Pero cuando la noticia llega (como la de ayer, como las anteriores), su actitud es calma, alegre, feliz por supuesto, pero templada, como la de alguien que para un segundo para tomar aire y seguir sin demasiado descanso su camino.

¡Qué miedo me daría tener de adversarias a estas señoras!

En una cultura que deifica al éxito instantáneo como la nuestra, qué lamentablemente extraordinarias son las Abuelas.

Ellas, como decía recién, no ganan, son invencibles.

*Marcelo Tinelli y Susana Giménez son dos exitosos conductores de programas televisivos en Argentina, y podrían ser definidos como la quintaesencia de lo más barato de mi cultura.

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