Fractalogue – La endogamia

la fatiga social - ernesto alegre

Qué es.
Habitualmente tratamos en Fractalogue tendencias, dinámicas o procesos que se van abriendo camino progresivamente en el mundo de la comunicación digital.
Y también es habitual que señalemos sólo elementos que representan nuevos campos de acción, nuevas oportunidades positivas de desarrollo.
En este edición, si bien trataremos una dinámica de tendencia creciente y que su conocimiento implica la identificación de oportunidades, su efecto directo, es más bien negativo: me refiero a la endogamia de contenido en entornos mediáticos sociales.
Es ya muy conocido el hecho de que el usuario social regular, por ejemplo de redes sociales, tenga un número promedio de contactos que ronda los ciento cincuenta. A este número se lo conoce como número de Dunbar.
Su nombre deviene de los aportes del antropólogo Robin Dunbar, quien, muy sintéticamente explicado, propuso la relación entre este número de vínculos sociales con el desarrollo de nuestra corteza cerebral.
Lo que resulta de sus trabajos, es que somos capaces de mantener hasta alrededor de ciento cincuenta vínculos -donde el intercambio afectivo sea considerable- con otras personas.
Con algunos nos vincularemos fuertemente -lo que significa compartir intimidad-, con otros lo haremos de forma débil, pero lo cierto es que ese número limitado de contactos, conlleva un número limitado de contenidos posibles a los que acceder por su intermedio.
De esta forma, nuestros diez amigos fanáticos del fútbol, semana tras semana hablarán de fútbol, nuestros contactos de la universidad seguirán contando anécdotas de aquel entonces, y quienes se la pasen jugando, seguirán enviándonos oportunas invitaciones.
Esta falta de novedad general, de volumen de contenido fresco, es producto de la endogamia. Y la engogamia es quien tiene el teléfono de la fatiga… y la llama.

Por qué nace.
Hay dos motivos genéticos para la aparición de la endogamia: la propia arquitectura relacional de las redes dominantes (recordemos que la arquitectura relacional es el esqueleto, el plano maestro de una plataforma social), y la horizontalidad de las redes que construimos en ellas.
La primer causa, la que deviene de la arquitectura relacional, está íntimamente relacionada con una ya casi obsoleta idea de privacidad: las redes se han ido construyendo teniendo a cada usuario como centro de su propio grafo, y permitiendo que trasvase diferentes niveles hasta un límite (primero mis amigos -el primer nivel-, luego los amigos de mis amigos -el segundo-, y así hasta no poder ver a quien está más allá, lo que se constituye en el límite relacional de cada red).
Con esto quiero decir que las plataformas, para preservarnos de contactos inesperados con extraños, nos han diseñado un “corralito” de vínculos.
La horizontalidad de las redes que nosotros construimos en las diferentes plataformas sociales, se basa en un elemento de estricto sentido común: tendemos a contactarnos con quienes en algo se nos parecen. Si me parezco en algo a mi contacto, luego el contenido que éste produzca, cure o haga circular, no será excesivamente inesperado para mí.
Estas dos características hacen que con el paso del tiempo, al transitar una y otra y otra vez cada vínculo en mi red, obtenga progresivamente menos contenido fresco, lo que genera la fatiga social.

Cómo entender la endogamia.
Ante todo, para estrategas sociales y arquitectos e ingenieros relacionales, la endogamia es una tasa a, cuanto menos, equilibrar, manteniendo sus niveles lo suficientemente bajos en lo que hace a la distribución de contenido.
Este nivel dependerá de cada red específica, pero sí podemos considerar sin temor a equivocarnos que la endogamia, entendida como la esclerosis de los canales de novedad, debe ser combatida; de lo contrario, ver siempre la misma película hará que los usuarios se cansen.
La oportunidad que surge al conocer este fenómeno, es clara: si somos capaces de mantener la fatiga por endogamia a raya, nuestros usuarios encontrarán cada día el contenido que los incentive a estar allí un día más.

(Artículo publicado en la revista Interactiva de Mayo)

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