under o indie
A menudo y en relación a múltiples campos de la cultura, se suele confundir el concepto “under” con el de “indie“, asimilándolos en el mismo significado y cayendo en la falsedad común de la creencia en los sinónimos.
Pero si practicamos el juego creativo de la especulación de von Liebig (también llamado “plateo semántico” y que consiste en definir una palabra con otra, mientras la segunda no sea una de las consideradas sinónimas), podríamos arribar a algo como under = anti, indie = auto (de autónomo, self).
Gracias a esta juego, pronto descubrimos que estos dos conceptos sólo se tocan en un punto: lo no-maistream; lo contracorriente y lo fuera de la organización, son outsiders de lo establecido.
Ya dentro del universo no-mainstream, lo under involucra la actitud antisistémica, ser contrastadamente alternativo de lo mayoritariamente aceptado y considerado normal.
Lo under rechaza lo canónico criticándolo, poniéndolo en duda, burlándose de la norma o agrediendo frontalmente aquello que es ley.
De manera muy diferente, lo indie refiere sobretodo a la forma de producción y/o distribución de productos culturales: si no utilizo ni me baso en los códigos, la estructura o los canales establecidos para hacer algo, seré indie.
En el campo de las percepciones, y sobretodo como forma de identidad visual por agregación, under e indie vuelven a mostrarse divergentes.
La estética under contiene a la violencia en alguna de sus formas; lo crudo, lo tenso, lo urgente, lo inmediato, son elementos habituales en su código.
La estética indie pareciera basarse en ideas más ligeras; intentos de desarrollar alternativas a lo masivo, con una actitud no explícita y brutalmente comercial, espacios más dudosos, más intermedios.
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