el debate del año
Buenos Aires, 9 de Enero de 2010. De nuestra redacción.
A pesar de no haber llegado aún a la primer decena de días del primer mes de 2010, ya es casi unánime la opinión de que el debate propuesto por el actual gobierno, es, sin lugar a dudas, el debate del año.
Llevando por título el polémico: “¿Tiene alguna duda de que usted, en tanto argentino, es un reverendo hijo de puta?“, el ejecutivo nacional plantea abrir el debate de debates, el que apunta al origen del tal mentado “problema argentino”; es decir, el argentino mismo.
Fuentes oficialistas dejaron trascender que ante la creencia del gobierno en la total imposibilidad de una re-elección, la Presidente argentina ha decidido lanzar el impopular debate, opinando en su círculo íntimo que “esto jamás lo va a plantear Clarín ni ningún otro medio, y quien tenga perspectivas de poder nunca va a abandonar la indulgencia demagógica”.
El arco opositor casi en su totalidad ha definido la iniciativa como un gesto destemplado más de Cristina Fernández y su marido, o más directamente como otra muestra de su inagotable vocación de conflicto.
Quienes se han mostrado en cambio mucho más interesados por la propuesta, han sido gran variedad de estudiosos e intelectuales, desde sociólogos y psicoterapeutas, hasta periodistas, politólogos y figuras de la cultura.
El sociólogo Esteban Brascó, opina que: “Más allá de si es o no el debate del año -posiblemente pueda convertirse en el debate de nuestra historia toda-, lo vital de la pregunta inicial es que no señala a otro u a otros, sino a cada uno, así, en primera persona”.
“El argentino tiene un problema básico, antes aún que el primer problema que pueda tener: no se visualiza como tal. No hay argentino que al hablar de un problema se señale a sí mismo: la culpa siempre la tiene el otro”.
Por su parte, la psicoanalista Martha Goldemberg, decía que “es insólito que se dé un debate tan directo, tan necesario y tan impostergable como este. Pasaría por alto lo altisonante del enfoque, y pensándolo en contexto, hasta me resulta apropiado que así se haya lanzado: los argentinos somos demasiado amantes del eufemismo, esquivamos siempre el bulto, posponemos siempre el vernos implicados”.
“Este debate no se ha dado nunca porque nunca ha habido un interlocutor válido para introducirlo. Una empresa privada -e incluyo naturalmente a los medios de información en esta categoría- nunca llamará ‘hijos de puta’ a sus clientes, al igual que no lo harán los entretenedores masivos y convocantes ni los políticos, siempre demagogos, siempre cuidadores del humor de sus votantes”.
La instrumentación del debate público será a través de la web “www.soyunhijodeputa.com.ar” y todos los aportes podrán ser hechos de forma anónima, aunque se alienta el ingreso de datos filiatorios válidos.
Asimismo, se informará en los próximos días de la inserción en las programaciones de Canal 7 y Radio Nacional de espacios dedicados exclusivamente a la controversia: “¿Tiene alguna duda de que usted, en tanto argentino, es un reverendo hijo de puta?”.
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