la fatiga social
Qué es.
Hay algo que hace que una plataforma social comience a usarse cada vez menos.
Hay algo que provoca que todo un tipo o clase de medio social, empiece a perder usuarios, hasta quedar casi o directamente sin uso.
Cuando el flujo de actividad va paulatinamente de mayor a menor, cuando son más los usuarios que abandonan una plataforma que aquellos que comienzan a utilizarla, es muy probable que estemos en presencia de la muy temida -o no, la verdad- fatiga social.
La fatiga social es el proceso -conformado por una serie de dinámicas, casi nunca una sola cosa-, que hace que sea más fácil para un usuario no entrar o utilizar una plataforma, que hacerlo.
Hay básicamente dos tipos de fatiga: la fatiga de plataforma y la fatiga de medio.
La primera, es la que provoca que una plataforma concreta sea abandonada, generalmente en favor de otra; el usuario se ha cansado de un servicio en particular, y al encontrar una alternativa más plausible, deja de usarlo.
Esto es lo que ha sucedido con tantísimos foros, que por el motivo que fuera, han sido abandonados en beneficio de otros nuevos. Muchos de los usuarios que entraron a Facebook, por ejemplo, no lo hacían estrenándose como usuarios sociales, sino que venían de plataformas horizontales precedentes (Orkut, Tribe, Friendster, Classmates, hacia atrás en el tiempo), y que por algún motivo, decidieron saltar a una nueva cada vez.
La fatiga de tipo de medio es diferente, es más estructural, ya que lo que está marcando -en el momento en que se vuelve multitudinaria- es un “cambio de era”: ya no necesito de otra plataforma que me sirva de destino, sino de un nuevo tipo de medio social.
Cada proceso de fatiga de esta clase, es un salto evolutivo en la historia de los social media.
Por qué nace.
Como viéramos líneas arriba, la fatiga es antes un pool de causas que una dinámica única.
Uno de los componentes más importantes es la endogamia, tanto de contenidos como relacional, y de esto ya hemos hablado en un Fractalogue previo.
En síntesis, la cosa es así: una vez, pasado un tiempo más o menos prologando de uso, que conozco perfectamente qué contenido generará qué contacto de mi grafo, la reiteración y baja tasa de novedad, hace que me fatigue; día tras día encuentro lo mismo.
Otro de los componentes importantes de la fatiga, es la alta demanda baja en significación: múltiples invitaciones a juegos que jamás jugaré, a eventos a los que jamás asistiré, a felicitaciones de cumpleaños de gente que jamás conoceré, hacen que me desborde la demanda, que me agote.
En un primer momento, el usuario puede acotar su grafo, reducir el tamaño del monstruo que vino construyendo y que le pide cada día más comida, pero más difícil es transformar un flujo bajo en significación en uno de alta relevancia para él.
Alta demanada + baja significación = fatiga.
Cómo entender la fatiga social.
A la fatiga social se la puede comprender desde dos puntos de vista diferentes, aunque complementarios: como “errores” o impurezas en la arquitectura o ingeniería relacionales de una plataforma, y/o como un proceso natural de desgaste y evolución.
Todas las plataformas tienen su diseño (todas han tenido que decidir cómo tratan la privacidad del usuario, cuántos grados de separación visualiza el grafo egocéntrico, cómo circula el contenido, y un larguísimo etcétera), y todo diseño presenta ventajas y problemas. Muchas veces esos problemas, a la larga, devienen en fatiga.
En cuanto al proceso de desgaste y evolución, es bastante natural, no dependiente de errores intrínsecos, y es lo que habla de que los medios sociales no son modas, sino procesos entroncados en la cultura; existen tendencias evolutivas claras en su uso.
Ahora mismo, por ejemplo, estamos ante una fatiga de tipo de medio (sí, la estructural, la interesante): las plataformas que escupen contenido descontextualizado, que tienen un modelo de tiempo corto y precario, y que ofrecen las mismas formas de generación de identidad desde hace años, están a punto de ser historia.
(publicado en la revista Interactiva del mes de Marzo)
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