Deseos alternativos para 2014

Deseos para 2014, por Ernesto Alegre

Iba a dedicarle a todos un estandarizado “Feliz 2014”.

Pero el sólo hecho de pensar qué cosa significa esto en serio, concretamente, me agota de manera mortal. Además, como hago todo siempre a último momento, ya no tengo tiempo de ponerme a considerar semejante asunto.

Por otro lado, sabemos que TODOS no podrán ser felices al mismo tiempo -ni siquiera a lo largo del mismo año-: los hay quienes tienen la incapacidad constitutiva de serlo, aquellos que sólo son felices cuando otros no lo son, felicidades menos malvadas tal vez, pero que también dependen de infelicidades ajenas para poder ser, existen aquellos que no creen en la existencia misma de la felicidad, y un etcétera más largo que mi capacidad de descubrirlo.

Entonces, abandono mi deseo de broadcastear deseos de felicidad, y comienzo a desear alternativas.

Les deseo para el año que comenzará dentro de algunas horas:

Que se les presente una imagen de la realidad completamente horizontal -o al menos bastante más que la que posiblemente tengan ahora-. En cristiano: que deconstruyan críticamente las jerarquías.

Que sigan comprobando -o comiencen a comprobar si aún no se han estrenado- el grandísimo poder de ser un vértice dentro de un grafo enorme, pero un vértice con mucha identidad. De nuevo, traducido: la coordinación de inteligencias personales hace reventar cualquier contención.

Que cultiven la siguiente ocurrencia: “la idea siempre le gana a la cosa” (tanto para bien como para mal). Esto puede ser expresado también como “lo que es, es porque muchos creen que es, pero puede perfectamente dejar de ser en pocos minutos”, o más claro aún: “la mejor forma de mirar a la realidad es con una mueca de incredulidad”.

Que pasen mejor y más tiempo con aquellos que de desaparecer, les arruinarían la vida. Ya que explico todo, también va una aclaración para esto: pasen más tiempo con vuestros seres “besables” que con el director de marketing o el gerente de alguna nimiedad.

Que vean claramente que el 2014 ni espera ni está hecho: se va a ir volando si no hacemos cosas concretas (el tiempo gana peso y en consecuencia se vuelve más lento si le tiramos cosas físicas encima), y ahora mismo, 2014 es nada en absoluto: resulte lo que resulte, será porque  así lo haremos.

 

Pienso que si todo o algo de esto sucede, el 2015 valdrá mucho más la pena de ser vivido que el 2014…

 

 

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