Mucho antes del Photoshop

Saquémonos algo rápidamente de encima, así podemos ponernos a hablar en serio: diseñador no es aquel que maneja -sea con el nivel de destreza que sea- Photoshop, Illustrator, InDesign o cualquier otra herramienta.

Para quien sólo hace eso, existe un nombre específico: “mac-monkey“.

Pero un diseñador, es alguien que, sea del tipo que sea -recordemos que el diseño es uno sólo, lo encontremos en la arquitectura, en la tipografía, en la ingeniería, en los objetos relacionales, en la gráfica, etc.- y aún antes de descubrir que lo es, tiene en su ADN los siguientes tres elementos:

1- Carencia de fe en la realidad

2- Sentido crítico hacia ella

3- El juego como forma de interpelarla

El diseñador en serio observa la realidad, pero jamás la toma como “lo que debe ser”, sino como al conjunto de versiones que terminaron imponiéndose sobre una infinidad de proposiciones tan posibles y reales. El verdadero diseñador no cree que las cosas deban ser como son.

Posee un sentido crítico hacia ella, puesto que se permite imaginar múltiples maneras de mejorarla; nunca la acepta tal y como ésta se presenta.

Y no considera al juego como alternativo “a lo serio”, como momento de licencia, sino como forma de vida, de acceso al conocimiento y de efectivización de las modificaciones que imagine de la realidad.

El diseñador no busca con cada movimiento y acción concreta, el éxito final, sino apenas un desplazamiento en el juego, que es la forma que tiene de interpretar y comprender la realidad de manera múltiple.