dentro

El arte no sólo señala y orienta sobre un mapa dónde estamos; es también el diseño de dicho mapa.

Es decir que el arte demanda, como todo mapa, un relevo y una posterior reconstrucción del mundo.

Cuando uno establece contacto -vía una obra del tipo que sea- con el modelo de mundo que el artista presenta, logra entrar en ese mundo, en esa interpretación del mismo.

Si bien esto puede suceder con cualquier tipo de obra, creo que son en particular la música y la arquitectura las disciplinas que más netamente desarrollan la idea de “estar dentro” de esa reconstrucción del todo.

En el caso de la arquitectura, de tan obvio no es preciso explicarlo: los muros, los niveles, los espacios, las aberturas, los pasillos, son esencialmente manifestaciones del funcionamiento del universo entendido por el arquitecto. Él lo expresa y comparte con otros mediante el modelo, mediante el juguete que es por ejemplo una casa.

En el caso de la música, si fuera posible colorear las perturbaciones transparentes del aire, sus dobleces, curvaturas, quiebres, temblores, vibraciones y quietudes rítmicas, veríamos claramente que estamos dentro de una pieza musical, sea esta un silbido, golpes de palmas o una sinfonía.

Ambos, canción y espacio arquitectónico, son juguetes, miniaturas estilizadas del mundo que nos tragan e incorporan.

Desde dentro, las entendemos…